The Independent Sentinel #45
Un modelo del mundo, ingenieros robóticos y una cruzada contra las máquinas
¡Hola! Soy Javier Fuentes, de Akoios, bienvenido a esta nueva edición de The Independent Sentinel, la newsletter en la que hablamos sobre el pasado y el futuro de la Inteligencia Artificial
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En esta edición hablamos de la representación de la realidad, de un ingeniero robótico y de un mundo post-apocalíptico muy conocido.
¡Vamos allá! 🚀
1. Tendencias 📈
🌏 ¿Entienden el mundo los modelos de lenguaje?
Mucho se está hablando últimamente de Jensen Huang, fundador y CEO de Nvidia, probablemente, la compañía de fabricación de microchips más conocida del mundo que lleva operativa desde hace 30 años.
El avance imparable de la IA ha convertido de manera inmediata a Huang en un referente sobre este campo, de hecho, NVIDIA fabrica las GPUs para OpenAI y se estima que, hasta el momento, OpenAI ha comprado más de 20.000 de estos dispositivos para prestar su servicio. Este número, podría ir en aumento debido a la creciente necesidad de escalado de los servicios que presta OpenAI.
🗣 Rumor: Se habla de que tal vez OpenAI comience a fabricar sus propios chips para 1) disminuir su dependencia de NVIDIA y 2) lidiar con la escasez global de semiconductores.
A raíz de la estrecha relación entre OpenAI y NVIDIA, la semana pasada se publicaba una entrevista que el propio Huang mantuvo con Ilya Sutskever, uno de los co-fundadores de OpenAI.
La entrevista es sumamente interesante y, en especial, quiero destacar este fragmento en el que Sutskever habla sobre la pregunta que muchos llevamos un tiempo haciéndonos: ¿Son estos modelos de lenguaje un simple mecanismo estocástico o son algo más?
Las ideas claves del vídeo son muy relevantes:
De algún modo, cuando un modelo de lenguaje es entrenado para predecir la siguiente palabra, está creándose y entendiendo, a su manera, un “modelo del mundo”.
El texto generado por estos modelos no es más que una proyección del mundo que ha “comprendido” en su entrenamiento: aspectos del día a día, de las personas, de nuestros deseos, de cómo interaccionamos, etc.
La importancia del ajuste fino (fine-tuning) es primordial para que estas máquinas puedan ser de utilidad. Debemos enseñarles cómo queremos que actúen.
Hemos hablando en otras ocasiones de que no toda la información sobre el mundo está codificada en el lenguaje, pero sin duda parece que aún hay mucho recorrido para que las máquinas sigan entendiendo el mundo y a los humanos a través simplemente del texto.
Y lo que es más interesante, puede que entender mejor cómo funcionan las redes de lenguaje nos pueda ayudar a entender finalmente cómo funciona nuestro cerebro.
👨🏻🔬 Un ingeniero robótico
Como llevamos viendo desde hace meses, la programación está cambiando a pasos agigantados. El último ejemplo reseñable en este ámbito es un agente de programación llamado GPT- Engineer.
Hace unas semanas el repositorio GitHub del proyecto alcanzó las 45.000 ⭐️ en una escalada de popularidad meteórica. La idea de GPT-Engineer es sencilla: explicamos en un prompt lo que queremos construir, el modelo nos pedirá aclaraciones si las necesita y, acto seguido, se pondrá a generar el código necesario.
Nada mejor que ver un ejemplo del funcionamiento para entenderlo:
Además de la propia generación de código es interesantísimo ver cómo el modelo es capaz de seguir las instrucciones a nivel estructural, creando de manera perfecta una estructura de ficheros para la arquitectura MVC (Modelo-Vista-Controlador) solicitada en el prompt.
El objetivo final es que cada programador pueda ir personalizando su propio GPT-Engineer para mejorar y ajustar a sus preferencias el modo en el que modelo opera. Parece claro que usar este tipo de herramientas será algo habitual y necesario para cualquier programador que quiera seguir siendo competitivo.
2. Historias 📔
🎼 ¿Quieres banda sonora? ¡Dale al Play!
✍🏻 Un joven autor
A la corta de edad de 8 años, Frank Patrick Herbert Jr. ya sabía a qué quería dedicarse de mayor: quería ser escritor. Hizo sus primeros pinitos en el periódico del instituto, labor a que se dedicaba con entusiasmo y a la que se dedicó posteriormente de manera profesional en varios periódicos.
Nacido en una familia de ascendencia irlandesa en 1920 en Tacoma (Washington), el joven Frank Patrick Herbert Jr. tuvo una infancia razonablemente buena pese a los problemas de alcoholismo de sus progenitores y la pobreza debida a las consecuencias de La Gran Depresión.
Ávido lector de ciencia-ficción e influenciado por autores como H.G. Wells o Robert A. Heinlein, Herbert comenzó a publicar -y a vender- sus primeros relatos en los años 50.
A finales de esta década, mientras trabajaba en el Oregon Journal, a Herbert le encargaron un artículo de investigación sobre unas dunas ubicadas en las costas de Oregon. Inesperadamente, Herbert se entusiasmó con el tema y recopiló muchísima información sobre las dunas y sus dinámicas.
El artículo nunca llegó a publicarse, pero las dunas que tanto le habían interesado le dieron una idea y un nombre para una novela: Dune.
🏜 La obra de ciencia-ficción más grande jamás escrita
Tuvieron que pasar 16 años para ver convertida en libro la idea que tuvo Herbert en 1959. Tras años de investigación y redacción (se dice que tardó más de 6 años en escribir la novela), Herbert publicó su obra magna en 1965.
Dune transcurre en un futuro lejano en el que la humanidad ha logrado expandirse por el Universo estructurándose en una sociedad feudal interplanetaria gobernada por diversas familias nobles.
La historia, siguiendo la estructura del “Viaje del Héroe” que ya vimos en TIS#20, cuenta las peripecias del joven noble Paul Atreides, a cuya familia se le ha asignado el control de Dune, el planeta más peligroso e importante del universo de Herbert.
Las novela de Dune y sus secuelas tienen una complejidad extraordinaria que le permiten a Herbert explorar de manera magistral temas como la religión, la filosofía, la política, el poder o la ecología.
La saga principal consta de 6 libros, aunque el hijo de Herbert, Brian, continuó haciendo libros sobre el universo de Dune.
En contra de lo que se pudiera pensar, Dune no fue un éxito inmediato. Afortunadamente, las ventas acabaron despegando y Herbert pudo disfrutar durante los 70 y los 80 de un éxito comercial muy considerable que fue abonando con las sucesivas secuelas su saga. Oficialmente, Dune es la novela de ciencia-ficción más popular de la historia, con más de 12 millones de ejemplares vendidos.
🎥 Las adaptaciones
El mundo de cine no era ajeno al éxito cosechado por las fantásticas novelas de Herbert; el único problema era cómo llevar a la gran pantalla un mundo tan extenso, detallado y complejo como el planeta Arrakis y el resto del universo Dune.
Algo así, solo podría ser llevado a cabo por alguien lo suficientemente loco como para intentarlo y, como siempre suele ocurrir, alguien se postuló para esta aventura.
Esta persona no era otra que el polifacético artista y director Franco-Chileno Alejandro Jodorowsky que, en 1975, se rodeó de artistas de la talla de Chris Foss, el gran Jean Giraud (Moebius) o H.R. Giger para hacer la adaptación del mundo de Dune.
La ambición (casi rozando la inconsciencia) de Jodorowsky le llevó a contar con los mismísimos Pink Floyd para la banda sonora, pero '¡ojo!, ellos solo iban a musicalizar todo aquello relacionado con el planeta Arrakis ya que, cada planeta iba a tener su propia banda sonora compuesta e interpretada por distintos músicos.
Por si pensabas que no podía quedar más hueco para la ambición, Jodorowsky quería contar entre otros con con Orson Welles como el barón Harkonnen, con Dalí como el emperador y con Mick Jagger como Feyd-Rautha, uno de los sobrinos del barón 🤯
Jodorowsky deseaba poder adaptar la obra de Herbert de manera adecuada, para lo que proyectaba hacer un filme cuya duración oscilase entre las 12 y las 20 horas y que fuese algo similar a una experiencia lisérgica. Jodorowsky en estado puro.
El cúmulo de peticiones, propuestas y exigencias de Jodorowsky hizo que finalmente los productores desistieran del proyecto y vendieran los derechos al productor Dino de Laurentiis en 1982.
Existe un fantástico documental llamado Jodorowsky’s Dune (2013) que cuenta los pormenores de uno de los más entretenidos e increíbles desastres de la historia del cine.
La maquinaria Hollywoodiense, no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad de llevar al cine a Dune, así que el nuevo productor, Dino de Laurentiis, escogió a David Lynch para intentarlo de nuevo:
Pese al presupuesto faraónico, el más que aceptable reparto y la perseverancia de Lynch, la diversidad de visión entre el director y la la producción acabó haciendo que el rodaje y el proyecto se tornasen en un infierno.
Los Laurentiis querían un “blockbuster” tipo Star Wars mientas que Lynch estaba intentado adaptar la obra de Herbert de la forma más fidedigna posible. Por si fuera poco, Lynch tenía pensado hacer dos películas pero se vió obligado a sintetizar todo en un solo filme de apenas 2 horas y 17 minutos de duración.
Por si fuera poco, la complejidad dela película hizo que el rodaje se convirtiese en un sumidero de dinero, y que acabase costando la friolera de $42 millones de la época. A modo comparativo, El Retorno del Jedi costó $32 millones y Blade Runner $28 millones.
Estas dificultades acabaron haciendo que, pese a ciertos momentos e ideas brillantes de la película, ésta fuese un fracaso de crítica y público. Tan es así que David Lynch, al no poder haber hecho la película en sus términos, acabase por pedir que se quitase su nombre de los títulos.
El último valiente que ha tomado el testigo de esta adaptación maldita -y parece que finalmente con éxito- es el fantástico cineasta canadiense Denis Villeneuve que, tras una exitosa primera parte estrenada en 2021 y plagada de estrellas de Hollywood, cerrará su versión en 2024 con la esperadísima segunda parte.
👁 Un visionario
Hagamos un paréntesis en el camino para ir atrás en el tiempo y hablar brevemente de otro autor: Samuel Butler.
Samuel Butler fue un novelista, ensayista y crítico británico nacido en 1835. Sus novelas más conocidas fueron “Erewhon”, una sátira utópica y “The Way off All Flesh”, una novela póstuma del escritor.
En sus escritos, Butler dejaba caer algunas preguntas y obsesiones recurrentes, como la religión, la evolución o la creciente presencia e impacto de las máquinas en su época.
Respecto a esto último, Butler profundizó en la relación entre la humanidad en las máquinas en “Erewhon” y también obras como “The Book of the Machines” o el conocido artículo “Darwin entre las máquinas” donde hablaba de una suerte de máquinas con capacidad evolutiva que podrían, eventualmente, suplantar a los humanos como la especie dominante en la tierra.
En 1863, justamente entre la primera y segunda Revolución Industrial, Butler ya estaba intuyendo cómo las máquinas estaban superando a los humanos. En sus propias palabras:
"The machine is brisk and active, when the man is weary. It is clear-headed and collected, when the man is stupid and dull It needs no slumber, when man must sleep or drop; ever at its post, ever ready for work"
Llevando su argumentación al extremo, la visión de Butler respecto a las máquinas era toda una llamada de atención en la que sugería que:
Humans, Butler suggests, are steadily giving machines “that self-regulating, self-acting power which will be to them what intellect has been to the human race.” Looking ahead, “the time will come when the machines will hold the real supremacy over the world and its inhabitants.” They have to be stopped.
☎️ Una llamada de atención
Si has leído o visto Dune, seguramente te habrás preguntado por qué no hay ordenadores o robots en este universo. Realmente, no es que no existiesen en ese Universo, sino que existieron pero fueron totalmente destruidas en la llamada “Jihad Butleriana” (¡Ya te imaginas de dónde viene esto de Butleriano!), una cruzada contra los ordenadores -llamados en general “máquinas pensantes” en Dune- que comenzó en el 201 B.G. (Antes del Gremio Espacial) y concluyó en el 108 B.G.
En la Biblia Católica Naranja (uno de los libros sagrados que se mencionan en la novela) aparece el siguiente “mandamiento” orientado a no cometer de nuevo los mismos errores:
"Thou shalt not make a machine in the likeness of a human mind."
Tras la cruzada contra las máquinas, crear o poseer cualquier máquina pensante en el universo de Dune se convirtió en algo ilegal. La razón de que no hubiese ordenadores, robots o Inteligencia Artificial en un universo supuestamente tan avanzado como este, representa la situación de una civilización que ya ha recorrido el ciclo completo de la evolución de entes artificiales frente a los organismos biológicos y que, en este caso, se ve obligada a retroceder en términos tecnológicos.
La parte más interesante de la desaparición de las maquinas en Dune es como, ante el vacío dejado por las mismas, las gentes del universo de Dune acaban refugiándose en abstracciones y agrupaciones como la religión y las sectas.
Un ejemplo adicional de esta forma de rellenar el vacío dejado por las máquinas es la existencia de los “mentats” en la novela, unas personas entrenadas para ser computadoras humanas.
Este sustrato post-catástrofe tecnológica da lugar en la novela a un mundo más espiritual, y en cierta medida más atrasado, que viene como anillo al dedo con la sociedad feudal representada en Dune.
Es patente cómo Herbert usó el atávico miedo humano a la tecnología para otorgar un trasfondo que justifica y explica el fantástico Universo de Dune pero, pese a todo, él no compartía del todo estos temores que reflejó en su obra:
No sé que pensaría Herbert de los avances increíbles que estamos viendo en Inteligencia Artificial a día de hoy pero, lo que es seguro, es que estaría contento de ver como muchas de las ideas que volcó en su obra, estás a día de hoy mucho más vigentes que en el momento en el que escribió la novela.
¡Gracias como siempre por leer hasta aquí!
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