The Independent Sentinel #43
El futuro del cine, la historia oculta de los memes y un turco mecánico
¡Hola! Soy Javier Fuentes, de Akoios, bienvenido a esta nueva edición The Independent Sentinel, la newsletter en la que hablamos sobre todo lo que está ocurriendo en el mundo de la Inteligencia Artificial.
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Hoy hablamos de las películas que vienen, de historias imaginadas y de un robot que jugaba al ajedrez.
¡Comenzamos! ♟️
1. Tendencias 📈
🎭 La evolución de la interpretación
En la Antigua Grecia los sacerdotes encarnaban a los dioses para explicar a la población sus enseñanzas y mandatos, siendo estas manifestaciones el origen más probable de lo que actualmente llamamos la actuación o la interpretación.
Si echamos la vista atrás, la interpretación tanto en teatro como en cine apenas ha cambiado desde sus orígenes. Los actores han venido utilizando las mismas herramientas (voz, lenguaje corporal, emociones…) para transmitir ideas, ilustrar situaciones y, en definitiva, contar historias.
A pesar de que el cine sufrió una “ramificación” con los filmes animados a partir del siglo XIX y que, desde hace décadas, tenemos películas completas generadas por ordenador en las que no participa ningún actor o actriz para otra cosa que no sea, poner la voz a un personaje, la profesión de actor es tremendamente parecida a la tenía Tepsis, el que se dice fue el primer actor de la historia.
Sin embargo, esto podría estar cerca de cambiar. Hace unos meses, la compañía americana Wonder Dynamics anunciaba el inminente lanzamiento de su producto Wonder Studio que se encontraba -por aquel entonces- aún en fase de Beta privada.
Wonder Studio es una herramienta de IA que permite generar, animar, iluminar y componer personajes generados por ordenador dentro de cualquier escena grabada.
Es mejor verlo con un ejemplo:
Además de lo espectacular de los resultados, lo más impactante del producto es la radical reducción de los costes de producción, ya que no es necesario manipular ningún tipo de software 3D ni requiere especialistas VFX (efectos especiales). Basta con una cámara y este editor de vídeo.
Esta misma semana, Wonder Studio ha salido de la Beta privada y ya es posible registrarse para probar y usar el producto. De hecho, ya hay ejemplos de usuarios haciendo sus pruebas:
¿Qué podría ocurrir cuando estas herramientas capaces de “superponer” personajes sintéticos sobre actores reales imitando gestos, movimientos y expresiones sean de uso extendido?
Imagina por un momento que, dentro de un tiempo, comience a haber actores especializados en actuar pero no con su cuerpo, su cara o su voz, sino con una anatomía totalmente generada y puesta en movimiento por una IA.
Quién sabe, tal vez la siguiente gran estrella de Hollywood sea un actor del que nunca conoceremos su cara y que, simplemente, se dedique a interpretar en la sombra.
🔌 Historias inventadas
Que internet ha cambiado el modo en que nos comunicamos es un hecho palpable, aunque a veces no nos demos cuenta por lo progresivo y generacionalmente distinto que este cambio ha sido.
Si recuerdas, en los albores de Internet se empezaron a usar los emoticonos basados en texto que, eventualmente, desembocaron en los tan conocidos emojis actuales.
No obstante, hay algo que casi nadie pudo haber predicho, y es el hecho de usar imágenes virales -memes- como modo de expresión para, por ejemplo, contestar a un mensaje de manera rápida y divertida.
Hace apenas un mes, Adobe lanzó una nueva funcionalidad para su producto Adobe Photoshop llamado “Generative Fill” o Relleno Generativo, con la que es posible “rellenar” o modificar imágenes usando prompts textuales o dejando directamente que el modelo “rellene” los huecos entre dos imágenes.
Estarás pensando que qué tiene que ver todo esto de los memes con la nueva funcionalidad de Photoshop. La relación es que nada mejor que usar imágenes tan conocidas como los memes para ilustrar lo que es posible conseguir con el relleno generativo:
Los resultados y, sobre todo, la velocidad en la composición hacen presagiar que la edición de imágenes va a cambiar también muy rápidamente ya que la IA nos asistirá para resolver aquellas tareas de edición históricamente más costosas. Y, por si fuera poco, todo esto abrirá la puerta a hacer más y más memes con los que comunicarnos y divertirnos en Internet.
2. Historias 📔
🎼 ¿Quieres banda sonora? ¡Dale al Play!
👨🏼🏫 Un gran maestro del ajedrez
Johann Allgaier (1763 - 1823) tuvo el honor de ser el primer Gran Maestro alemán y austriaco del ajedrez, aunque eso no fue suficiente para que tuviese una vida cómoda.
Pese a que su padre dirigió sus estudios hacia la Teología, el viaje a Polonia en el que descubrió el ajedrez, hizo que se olvidase de los deseos de su padre y se centrase únicamente en el milenario juego.
Mientras estaba alistado en el ejército para ganarse la vida, completaba su sueldo dando clases de ajedrez a aristócratas. De hecho, llego a ser considerado en aquel momento como el mejor jugador de Viena.
La falta de dinero fue una constante en su vida, aceptaba retos de cualquier persona para jugar por un florín y, cuando jugaba con algún jugador menos hábil o experimentado, le ofrecía una clase después de la partida.
Tal era su situación financiera que, en un momento dado, se vio obligado a aceptar una extrañísima propuesta de un inventor: Johann Mäzel.
💡 Un inventor sin escrúpulos
Wolfgang von Kempelen era un inventor y fanático del ajedrez afincado en la corte Vienesa dónde trabajaba como consejero de la emperatriz María Teresa.
Además de su labor como consejero, von Kempelen pasaba largas horas jugando con la emperatriz al ajedrez con la que, obviamente, entabló amistad. Por ello, la Emperatriz invitó a von Kempelen a un evento de experimentos magnéticos que iba a tener lugar en Viena y que correría a cargo del ilusionista francés Francois Pelletier.
Los experimentos e ilusiones que allí se mostraron impresionaron profundamente a la Emperatriz pero no así a von Kempelen. Tan es así, que el inventor le hizo una promesa a María Teresa: Iba a construir para ella algo mucho más impresionante que lo que acababan de ver. Y vaya que si lo hizo.
✍🏻 Una máquina maravillosa
Imagina una gran caja dividida en dos compartimentos repletos de cables, engranajes y otros mecanismos sobre la que se asentaba un tablero de ajedrez y un muñeco ataviado con ropajes de seda y un turbante.
Piensa ahora en la particularidad de que el muñeco contaba con un brazo articulado que le permitía “jugar” al ajedrez.
El llamado “Turco Mecánico” es el nombre por el que se conoce a este ingenio inventado por von Kempelen para asombro y regocijo de toda la corte Vienesa. El inventor había creado un autómata capaz de jugar -y muy bien además- al ajedrez. Tal fue la fama tras su primera aparición de este ingenio mecánico que empezó a ser reclamado para todo tipo de exhibiciones por Europa (París Londres, Leipzig…).
Después de la muerte de von Kempelen, la máquina tuvo varios dueños y acabó en manos del previamente mencionado Johann Mäzel, otro inventor que se encargó de que el Turco continuase sus giras y de que siguiese jugando contra personajes ilustres.
Y cuando digo ilustres, me refiero a realmente ilustres. Entre sus contendientes se contaron celebridades como la Zarina Catalina II, Charles Babbage (el inventor de primer ordenador), Edgar Allan Poe o el mismísimo Napoleon Bonaparte.
🤥 El gran fraude
¿Cómo era posible que un ingenio mecánico pudiese jugar -y ganar- al ajedrez? Realmente, la maravilla tecnológica no era tal y el Turco no era más que un artificioso y sofisticado engaño ideado por von Kempelen.
¿Cómo funcionaba todo? Antes de cada actuación, se le permitía al público inspeccionar la máquina para comprobar que no había trampa en el espectáculo que estaban a punto de presenciar.
No obstante, y si recuerdas, la máquina contaba con dos compartimentos que, casualmente, nunca se permitían abrir al mismo tiempo.
El truco del turco era que una persona (no demasiado corpulenta) operaba el dispositivo desde los compartimentos, moviéndose entre ellos para evitar ser visto durante la inspección.
El operador, mediante un sistema magnético y mecánico para mover el brazo, podía, no sin dificultad, realizar los movimientos requeridos para el juego.
El Turco solía ganar casi siempre y esto es debido a que, sus inquilinos, eran jugadores profesionales o cuasi-profesionales como Boncourt (1818), William Lewis (1818-1819), Peter Williams (1819), Jacques F. Mouret (1820), William Schlumberger (desde 1826) o el ya mencionado Johann Allgaier (1809) con el que iniciábamos nuestra historia de hoy y que acabó participando en este farsa debido a sus apreturas económicas.
Fue justamente Allgaier el encargado de jugar y ganar contra Napoleón en una partida que los amantes del ajedrez podéis ver aquí: Napoleon Bonaparte vs. El Turco.
Pese a que todo fue un inmenso fraude, el hecho de que una máquina pudiese supuestamente jugar a un juego tan complejo impactó a la sociedad de la época. La mera idea de una máquina capaz de llevar a cabo tareas de tipo intelectual, inspiró a mucho científicos de la época y, en cierta medida, encendió la llama de la creación de inteligencias artificiales para jugar al ajedrez.
Los rumores sobre la veracidad del Turco no paraban de correr, pero no era tan sencillo probar que todo era un inmenso fraude dado el ingenioso diseño del aparato.
El Turco estuvo activo más de 60 años hasta que el celebérrimo escritor Edgar Allan Poe escribió un ensayo en 1936 titulado “La máquina de ajedrez de Mäzel” dónde explicaba como, a la vista de su juego, aquel dispositivo no podía ser un autómata.
Poe venía a indicar que, si realmente era un autómata debería ganar siempre (no siempre lo hacía) o mostrar algún tipo de patrón (tampoco lo hacía al estar operado por diferentes jugadores), así que no quedaba otra opción que el Turco estuviese siendo manejado, de algún modo, por un humano.
👦🏻 Inteligencia Artificial Artificial
La idea del Turco Mecánico ha sido usada de manera generalizada en el mundo de la innovación y las startups. La analogía es clara, en ocasiones, con el fin de validar un modelo de negocio o un producto, es más sensato “simular” un proceso/funcionalidad de manera manual antes que construir una tecnología que podría ser muy costosa.
¡Imagina el riesgo de construir un complejísimo modelo para crear una funcionalidad y darte cuenta demasiado tarde de que nadie quiere eso que estás construyendo!
Para entender esto mas fácilmente podemos pensar en una tarea como la clasificación de fotografías.
Tarea: Clasificar fotografías de en dos grupos.
Grupo 1: Fotografías dónde aparezcan animales
Grupo 2: Fotografías dónde no aparezcan animales
Si lo piensas, esta tarea es muy sencilla para un humano (¡incluso un niño podría hacerla!), pero requiere disponer de una sofisticado modelo de Deep Learning para hacerlo de manera automatizada e igualmente precisa con un ordenador.
En resumidas cuentas, en el mundo actual usamos el concepto de Turco Mecánico cuando son los humanos los que ejecutan tareas que en apariencia deberían ser hechas por máquinas.
En este sentido, en 2005, Amazon lanzó una polémica plataforma llamada Amazon Mechanical Turk con el siguiente reclamo: Inteligencia Artificial Artificial.
Amazon Mechanical Turk no era más que una plataforma de crowdsourcing en la que confluían dos tipos de usuarios:
Requesters: Personas que publican tareas llamadas HIT: Human Intelligence Tasks a realizar.
Workers/Turkers: Personas que hacen estas tareas y cobran según el número de las mismas que completan.
Ejemplos típicos de HITs podrían ser:
Clasificación de imágenes
Identificación de objetos
Transcripciones
Procesado de datos
Búsqueda de erratas
Tareas repetitivas relacionadas con la investigación
¿Qué tienen en común todas estas tareas? Pues que históricamente han sido tareas que, como decíamos, eran muy sencillas para un humano, pero tremendamente difíciles para una máquina. Pero eso, querido lector, está cambiando tremendamente rápido.
🤯 Inteligencia Artificial Artificial Artificial
No, no es una errata o un juego de palabras. En un irónico giro del destino, parece que, desde hace un tiempo, los Turkers han venido haciendo uso de LLMs (Grandes modelos de lenguaje como los conocidos GPT-X) para completar las tareas publicadas en Amazon Mechanical Turk y ganar dinero.
Obviando la ironía de la nomenclatura, el hecho de fondo es que ya es posible para cualquiera disponer de sofisticadas máquinas inteligentes para ejecutar tareas que, hace apenas unos años, era totalmente impensable pensar que se pudieran automatizar. Y no solo eso, el coste de usar estos modelos es significativamente bajo y seguirá bajando en el futuro.
La inspiración de máquinas como el Turco Mecánico -aún siendo falso-, plantaron la semilla en el subconsciente colectivo de que, algún día, las maquinas podrían hacer tareas intelectuales humanas liberándonos así de aquellas más costosas y/o tediosas.
De hecho la computación en sí misma no es más que una carrera que comenzó Charles Babbage (otro de los derrotados por el Turco del que hablaremos en otra edición) para conseguir este objetivo: disponer de máquinas igual o más inteligentes que nosotros.
¡Gracias como siempre por leer hasta aquí!
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